Como seres humanos, todos aprendemos a través de la experiencia. Ya sea buena o mala, o más complicado de delinear. Aprender haciendo es parte de la vida, y no es diferente cuando se trata de negocios. Podemos reflexionar sobre nuestro progreso en nuestra carrera y mejorar en el camino a través de una variedad de métodos.
El modelo reflexivo de Gibbs es uno de los métodos más populares para ayudarte a reflexionar sobre tu experiencia y progreso en tu vida profesional. En este artículo, cubrimos el famoso diagrama del ciclo reflexivo de Gibbs, cuándo es mejor usarlo y los pros y contras de este modelo. ¡Vamos a profundizar!
Desarrollado por Graham Gibbs en 1988, el ciclo reflexivo de Gibbs es un modelo de seis etapas que puede ayudarte a reflexionar sobre tu experiencia en el lugar de trabajo, ya sea positiva o negativa.
Cada etapa te guía a través de un proceso reflexivo útil y te da la oportunidad de identificar lo que hiciste, lo que salió bien, los puntos de mejora y desarrollo, y las fortalezas y debilidades.
Las etapas del modelo reflexivo de Gibbs se llaman Descripción (qué sucedió), Sentimientos (tus reacciones y sentimientos), Evaluación (qué fue bueno y malo), Análisis (comprende la situación), Conclusión (qué has aprendido), y Plan de Acción (qué vas a hacer de manera diferente), que hablaremos en las siguientes secciones del artículo.
El modelo de Gibbs de reflexión es un método de enseñanza y aprendizaje que se puede utilizar en cualquier momento durante el desarrollo profesional o académico. Es una herramienta versátil que se puede aplicar a varios contextos donde la reflexión sobre la experiencia es necesaria. A continuación, puedes encontrar algunas situaciones clave donde puedes usar el ciclo reflexivo de Gibbs:
Momentos adecuados para usar el ciclo reflexivo de Gibbs
Puedes usar el modelo reflexivo de Gibbs cuando experimentas un incidente significativo en el trabajo. Por ejemplo, si manejas un proyecto desafiante y te enfrentas a una decisión crítica en el camino, el modelo de Gibbs puede ayudarte a reflexionar sobre lo que sucedió, cómo manejaste la situación, cómo puedes abordar situaciones similares en el futuro, y así sucesivamente.
Además, también puedes usar el modelo de Gibbs durante tu revisión de desempeño. Puedes reflexionar sobre tus fortalezas y áreas de mejora para ayudarte a entender qué acciones llevaron al éxito o a los desafíos.
El modelo reflexivo de Gibbs puede ayudar a los estudiantes con prácticas prácticas en campos como la salud o la enseñanza. Los estudiantes pueden usar este modelo para reflexionar sobre sus experiencias en el mundo real, comprender lo que han aprendido e identificar áreas de crecimiento. También se puede utilizar para tareas o proyectos en escuelas para analizar el rendimiento y los desafíos enfrentados y aprender cómo mejorar en el futuro.
En un entorno profesional, puedes usar el método reflexivo de Gibbs para consolidar lo que has aprendido. Este método puede ayudarte a reflexionar sobre cómo puedes aplicar la información e identificar otras áreas a desarrollar para el futuro.
El modelo reflexivo de Gibbs puede ayudar cuando trabajas con los miembros de tu equipo en proyectos colaborativos. Puedes evaluar la efectividad de la colaboración, comprender la dinámica de los miembros del grupo y considerar los puntos que necesitan mejorar en el futuro.
Anteriormente en el artículo, mencionamos brevemente las seis etapas del ciclo reflexivo de Gibbs. Este modelo consta de seis etapas que incluyen Descripción, Sentimientos, Evaluación, Análisis, Conclusión, y Plan de Acción. Mientras que las primeras tres etapas de este diagrama se centran en 'lo que sucedió' durante la experiencia, las últimas tres etapas se centran en 'cómo podrías mejorar tu experiencia' para situaciones similares en el futuro. Echemos un vistazo a cada una de estas etapas en detalle.
Esta etapa consiste simplemente en describir lo que sucedió. Para llevar a cabo esto, debes enfocarte en una descripción factual de lo que realmente sucedió, excluyendo cualquier comentario o punto de vista personal. Mantener la información relevante y al punto es importante.
Esto te proporcionará un contexto y te ayudará a comprender mejor tu experiencia. A continuación se presentan algunas preguntas para ayudarte a establecer la escena:
1. ¿Qué sucedió?
2. ¿Cuándo ocurrió?
3. ¿Quién estaba allí?
4. ¿Qué hicieron?
5. ¿Cuál fue el resultado?
En esta etapa, describirás los sentimientos que experimentaste durante tu experiencia, así como tus pensamientos. En lugar de evaluar o interpretar tus sentimientos, simplemente declara lo que eran en ese momento. Puedes considerar las siguientes preguntas al reflexionar sobre tus sentimientos:
1. ¿Cómo se sentían tú y/o los demás antes, durante y después de la experiencia?
2. ¿Qué pensaste en ese momento?
3. ¿Qué impacto tuvieron tus emociones, valores y creencias?
4. ¿Cómo te sientes ahora acerca de la experiencia?
5. ¿Cómo crees que se sienten los demás ahora acerca de la experiencia?
En esta etapa, debes ser capaz de evaluar objetivamente tu experiencia. Considera lo que salió bien y lo que salió mal o podría haber sido mejor cuando realices este paso. Es importante ser lo más honesto posible para proporcionar el resultado más preciso para el proceso. Las siguientes preguntas pueden ayudar:
1. ¿Qué salió bien?
2. ¿Qué podría haber salido mejor?
3. ¿Qué positivo o negativo contribuyó usted?
4. ¿Qué positivo o negativo aportaron los demás?
El paso de análisis le brinda la oportunidad de comprender lo que sucedió. En esta etapa, desarrolla su comprensión describiendo lo que salió bien o mal, así como lo que pudo haber ayudado o dificultado la situación. Puede tener en cuenta las siguientes preguntas en este paso:
1. ¿Por qué salió bien?
2. ¿Por qué no salió bien?
3. ¿Qué sentido puede darle a la situación?
4. ¿Qué conocimiento o información puede ayudarlo a comprender la situación?
5. ¿Podría haber respondido de manera diferente?
En esta etapa, se enfoca en concluir lo que sucedió. Puede enfocarse en dos conclusiones: una general, que podría ser transferible, y una personal, que es más específica. Puede optar por fusionarlos o tomarlos por separado. Aquí hay algunas preguntas para pensar al sacar conclusiones:
1. ¿Qué aprendió de esta situación?
2. ¿Qué herramientas o habilidades pueden ayudarlo a hacerlo mejor en el futuro?
3. ¿Qué hará diferente la próxima vez?
4. ¿Cómo podría la situación haber sido una situación más positiva para todos los involucrados?
5. ¿Cómo podría ser mejor la próxima vez para evitar los resultados negativos?
En la etapa de planificación de acciones, puedes planificar lo que harías de manera diferente y cómo posicionarte en una situación similar en el futuro basado en tus conclusiones. Este paso es útil para descubrir cómo te ayudarás a actuar de manera diferente y manejar mejor una situación similar la próxima vez.
Esta etapa se trata de cualquier cosa que necesites saber y mejorar para situaciones futuras. Aquí hay algunas preguntas que debes hacerte para la planificación de acciones:
1. Si tuvieras que hacer lo mismo de nuevo, ¿qué harías de manera diferente?
2. ¿Cómo desarrollarás/mejorarás las habilidades necesarias para la próxima vez?
3. ¿Cómo y dónde puedes utilizar tu nuevo conocimiento y experiencia?
4. ¿Cómo puedes asegurarte de que puedas actuar de manera diferente en el futuro?
Hasta ahora, has aprendido que el ciclo reflexivo de Gibbs funciona como una guía para enseñarte cómo mejorar en lo que haces. Pensando en una variedad de escenarios donde podrías aplicar fácilmente el ciclo reflexivo de Gibbs, también hemos pensado en uno que puede ser fácilmente relacionado con cualquier profesión. Pensemos en alguien que trabaja en un proyecto donde se ha perdido la fecha límite y cómo podría reflexionar sobre ello:
La semana pasada, estaba trabajando en un proyecto como parte de un equipo. Yo era el encargado de entregar un informe de un cliente importante. Cada miembro del equipo tenía una responsabilidad diferente para completar, y mi papel era compilar el trabajo de todos en el documento final.
La fecha límite era el viernes a las 2 p.m. Sin embargo, llegué dos horas tarde, lo que causó cierta frustración para mi gerente y equipo. Este retraso causó otro retraso en el envío del informe al cliente, lo que resultó en vergüenza para la empresa.
Me sentí ansioso durante toda la semana porque el plazo era ajustado. A medida que me di cuenta de que no iba a llegar a tiempo, empecé a sentirme abrumado. Después de perder el plazo, me sentí culpable por decepcionar a mi equipo y a mi gerente. También estaba estresado por las posibles reacciones del cliente y mi reputación profesional.
Además de los aspectos negativos, hubo algunos aspectos positivos en esta experiencia: completé el trabajo con un alto nivel y pude corregir los errores que mis compañeros notaron. Sin embargo, los aspectos negativos superaron a los positivos al perder el plazo y dañar mi credibilidad. Este error me afectó a mí y a mis colegas y causó estrés y decepción.
Reflexionando sobre mi experiencia, me di cuenta de que no había planificado mi tiempo de manera efectiva. Podría haberme comunicado con más claridad con mi equipo sobre el plazo del proyecto para no tener que apresurarme a completarlo en el último minuto. También podría haber pedido más apoyo a mis colegas en lugar de tratar de manejar todo por mi cuenta.
La próxima vez que trabaje en un proyecto en equipo, estableceré plazos más precisos para completar las tareas. También me comunicaré de manera proactiva con mi equipo sobre los plazos y el progreso del trabajo. En caso de que me dé cuenta de que estoy atrasado, no dudaré en pedir ayuda y apoyo a mi equipo y notificaré a mi gerente con anticipación. También necesito mejorar mis habilidades de gestión para poder anticipar con mayor precisión cuánto tiempo llevará completar una tarea.
Para evitar una situación similar en el futuro, dividiré la tarea en pasos más pequeños y alcanzables asignando plazos realistas. Tendré una comunicación más frecuente con mi equipo para hacer un seguimiento del progreso en curso. También utilizaré herramientas de gestión de proyectos para cumplir con los plazos y responsabilidades. Si preveo algún retraso, informaré a mi gerente para manejar las expectativas.
El ejemplo anterior representa un uso claro y efectivo del ciclo reflexivo de Gibbs. La plantilla del ciclo reflexivo de Gibbs también puede ser utilizada para mejorar la eficiencia, lo que proporcionaría una mejor visión de los detalles de cada etapa.
Tan efectivo y útil como es el ciclo reflexivo de Gibbs, al igual que cualquier otra guía o herramienta, tiene sus ventajas y desventajas. A continuación, hemos destacado algunos de los pros y contras del ciclo reflexivo de Gibbs. Echemos un vistazo:
➕ Es fácil de entender y aplicar.
➕ Te permite aprender de tu experiencia a lo largo del tiempo.
➕ Te da un juicio equilibrado.
➕ Promueve la autoconciencia.
➕ Se adapta a una amplia gama de situaciones.
➖ Puede ser demasiado subjetivo o superficial para no tener ninguna referencia al pensamiento crítico en profundidad.
➖ Puede ser difícil para algunas personas ser abiertas y conectarse con sus emociones.
➖ Debido a sus pasos, puede ser que lleve tiempo.
➖ Es bastante informal.
En este artículo, hemos cubierto los aspectos más significativos del ciclo reflexivo de Gibbs para servir mejor tus necesidades e intereses en un entorno profesional. Nuestra guía destacó las seis etapas del ciclo reflexivo de Gibbs, ejemplos que muestran cómo aplicarlos en situaciones reales, y sus pros y contras más significativos para ayudarte a utilizar este ciclo de manera más efectiva.
Aprender haciendo es parte de nuestra vida cotidiana, y no es diferente cuando se trata de nuestras vidas profesionales. El modelo reflexivo de Gibbs funciona como una guía para ayudarte a reflexionar sobre tu experiencia, encontrar las mejores soluciones y mejorar tus habilidades en tu viaje personal y profesional.